lunes, 26 de diciembre de 2011

UNA DECADA PARA ESCLARECER EN ATAPUERCA EL ORIGENES DE LOS PRIMEROS POBLADORES EUROPEOS.

 Galería de las Estatuas ofrece los primeros datos de neandertal en cueva.

Atapuerca atesora más de 300.000 fósiles rescatados durante más de 30 años de trabajo duro en la excavación. Durante la última década el desarrollo de las instalaciones entorno al proyecto científico (Museo de la Evolución Humana, Centros de Interpretación de Atapuerca, Fundación y formación específica) ha incidido en el trabajo de excavación aunque sus resultados han sido sobresalientes.
«Con las infraestructuras acabadas vamos a volver intensamente sobre los yacimientos para dar un apretón y seguir sacando fósiles para que todo el Sistema Atapuerca se retroalimente científica, cultural y socialmente», ha afirmado en una visita a medios de comunicación organizada por la Fundación Atapuerca uno de los codirectores, Edudald Carbonell.
El reto es ambicioso porque sólo en un espacio repartido entorno a ocho yacimientos se han localizado restos fósiles de cuatro especies de homínidos y evidencias de la presencia de una más. Por esta sierra se ha paseado una especie desconocida pero que es el primer europeo con 1,2 millones de años de antigüedad que se localizó en la Sima del Elefante que cuenta con sedimento datado en 1,5 millones de años. También se ha paseado el Homo heidelbergensis en dos épocas diferenciadas, hace 500.000 años en la Sima de los Huesos tienen su sepulcro, y hace 300.000 años según los localizados por Emiliano Aguirre en las primeras excavaciones en el yacimiento de Galería. También se han encontrado restos de Homo sapiens y los primeros agricultores y recolectores. Y hay evidencias cada vez más esperanzadoras de la presencia de neandertal en Atapuerca donde cuentan con puntos de trabajo al aire libre pero también con «un más que prometedor yacimiento porque era lo que nos faltaba», afirma el codirector Juan Luis Arsuaga. En Galería de las Estatuas donde se han localizado restos de fauna e industria lítica datado en entre 45.000 y 50.000 años de la época de neandertal. «Las excavaciones van a tomar mucha fuerza en los próximos diez años en los que resolveremos incógnitas que hemos abierto en estos 30 años», concluye Carbonell.
Elefante
Es el primer yacimiento situado en la Trinchera del Ferrocarril y donde se han localizado los restos del primer europeo de 1,2 millones de años, según dataciones absolutas, del que se desconoce su filogenia. Para tener la posibilidad de ampliar el registro fósil de esta especie que ha trastocado el mapa evolutivo europeo se solicitó ampliar la excavación por debajo de la Trinchera. En tiempo record se ha construido un puente bajo el que se ha ampliado la excavación a 20 metros más de los de los 35 que ya se habían abierto. Al limpiar esta parte el equipo se ha encontrado una sorpresa «ha aparecido no sólo la forma de la cueva sino, también, las traviesas del ferrocarril minero que abrió la trinchera y en una zona hemos dejado ese nivel para poder mezclar la ocupación más antigua con la más moderna», aclara la responsable de Sima del Elefante, Rosa Huguet. Una excavación que se ha incrementado en extensión y, a partir del próximo año, en personal hasta contar con 30 excavadores. Bajo la Trinchera han aparecido dos áreas del TE-9 (el europeo más antiguo) y «existe un mayor número de posibilidades de seguir encontrando restos humanos de 1, 2 millones de años» aclara Huguet. Por debajo hay otros dos niveles más antiguos y según estudios sobre el terreno se ha calculado que el yacimiento podría contar con sedimentos de 1,5 millones de años de antigüedad.  En este punto arranca la Prehistoria europea.
Galería 
Éstos son los antepasados del proyecto científico de Atapuerca. «Aquí empezó todo hace 33 años y este año vamos a excavar para comprobar los resultados de hace 25 años», aclara Carbonell. La zona de Galería ofreció datos de Homo heidelbergensis de 300.000 años de antigüedad. Ahora se comienza a trabajar con la misma perspectiva pero con mejores medios tecnológicos. «Vamos a utilizar, como en Dolina, PDA, sistemas informatizados de toma de coordenadas y obtención de datos que permitirán contrastar los resultados de la toma altamente tecnológica con las bases de datos antiguas» afirma la responsable de Galería, Isabel Cáceres, quien confirma que en los primeros días de trabajo «se demuestra que hace 15 años se trabajaba muy bien».  Respecto a la Covacha de los Zarpazos, yacimiento de este sistema ya excavado, se trabaja para que sea visitable y en Compressor, cueva artificial con destinos turísticos, se proyectará un nuevo documental en el que se resumirá la evolución de las especies presente en Atapuerca y en tres dimensiones.
Dolina
Es el yacimiento que dio nombre a una nueva especie, antecessor, con 800.000 años de antigüedad. Se excava en dos niveles. El TD-10 con una profusión de restos que ya está en su fase final y el TD-6 donde aparecieron los restos de antecessor pero que ya se está agotando para acceder al nivel TD-5 y áreas con sedimento con cronologías de un millón de años. «Estamos ya en TD 5, anteriores a un millón de años, y tardaremos una década o más en volver a TD-6 pero seguro que se encontrarán restos craneales que permitirán explicar como era una comunidad biológica de hace un millón de años»,  afirmó Eudald.
Estatuas
En el complejo de Cueva Mayor se encuentran tres yacimientos en fase de excavación. Portalón, con los datos de los primeros pobladores y agricultores de la Sierra, Sima de los Huesos, que ha ofrecido el mejor registro fósil de heidelbergensis con 500.000 años
de antigüedad, y la novedosa Galería de las Estatuas. «Está aportando materiales preciosos, huesos de animales … es un yacimiento en cueva de neandertal datado en entre 45.000 y 50.000 años con mucha industria, con restos quemados que demuestran que ahí vivían y acampaban, pero sólo hemos abierto dos catas», asegura Juan Luis Arsuaga. Estos estudios preliminares, que seguirán dos años, han dado datos de cronología, tipología, geología, fauna pequeña y de grande y polen pero los fósiles humanos … «Encontrar fósiles aquí se tarda unos 30 años así que no sé si aparecerá» asegura Arsuaga. Y es que el proceso científico es lento y en diez años Atapuerca seguirá diciendo cosas aunque, como dice Carbonell,  «será importante dentro de 100 años con técnicas más rápidas y más eficientes y nos daremos cuenta de lo que hay en la sierra».

sábado, 24 de diciembre de 2011

EXCAVACION EN LEZETXIKI SUPERA EL LIMITE DE LOS 150.000 AÑOS.

Dos dientes neandertales y un húmero de una mujer atribuido a una especie anterior, denominada “homo heidelbergensis”, son los fósiles humanos encontrados hasta ahora en la cueva de Lezetxiki por los investigadores, quienes aún mantienen la esperanza de hallar en ella más restos de nuestros antepasados.
El prestigioso etnólogo vasco Miguel de Barandiarán fue el primero en excavar entre 1956 y 1968 este yacimiento, que se ha convertido en una referencia científica para la arqueología del Paleolítico peninsular y cantábrico.
 Huesos de osos de las cavernas, bisontes, cabras montesas, corzos y ciervos constituyen hallazgos habituales cada verano en esta cueva, situada en un paraje boscoso de Arrasate (Guipúzcoa), que esporádicamente ofrece descubrimientos extraordinarios, como el recientemente el hallazgo del maxilar de uno de los últimos monos que vivieron en la Península Ibérica.
Álvaro Arrizabalaga, miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y director de las excavaciones, ha explicado a Efe que este verano los investigadores han alcanzado los sedimentos correspondientes a la época en que, hace unos 180.000 años, se derrumbó el
techo de la gruta, del que se desprendieron dos grandes rocas, de unas dos toneladas cada una, que ahora es preciso retirar.
Arrizabalaga ha aclarado que este hecho supone “un incordio grave” desde el punto de vista de la logística porque será necesario trocear y sacar a mano ambas piedras debido a la abrupta orografía del terreno, si bien se ha mostrado confiado en que, “una vez superada esta complicación”, los restos que se encuentren estarán “mejor conservados” por la protección que les han brindado los dos grandes bloques.
El experto ha avanzado que, en adelante, los nuevos hallazgos serán propios de una verdadera cueva, porque los localizados hasta este momento correspondían a un escenario al aire libre o a un lugar de “abrigo”, pero no a una caverna propiamente dicha.
“Ahora cambiará la manera de interpretar el registro y posiblemente también el modelo de ocupación” humana del sitio, ha concretado el arqueólogo, quien ha desvelado que los investigadores tienen “una expectativa grande” por los hallazgos que se puedan hacer en adelante en este lugar.
 Aunque la campaña de este año no terminará hasta el 13 de julio, las excavaciones se encuentran avanzadas. Los científicos han superado ya en cerca de un metro y medio los trabajos que en su momento hizo Barandiarán, donde siguen apareciendo huesos de osos de las cavernas y otros animales como marmotas, que indican la existencia un clima frío en aquella época.
Las herramientas de piedra son “muy toscas” -núcleos, raederas y lascas- y suponen una “transición” entre las industrias Achelense y Musteriense, con menor presencia del sílex, y que podrían haber sido obra de los primeros neandertales o de los últimos “homo heidelbergensis”.
Además de estas excavaciones, los científicos están llevando a cabo la recogida de muestras en una zona denominada Lezetxiki II para realizar pruebas analíticas y estudios sobre restos de polen, micromamíferos y sedimentología.

LA RUTA NEANDERTHAL, LA UAB ABRE AL PUBLICO DOS CAMPAÑAS DE EXCAVACION ARQUEOLOGICA EN LLEIDA.

El Centro de Estudios del Patrimonio Arqueológico de la Universitat Autònoma de Barcelona (Cepap-UAB) ha abierto al público dos yacimientos arqueológicos de Lleida durante las campañas de excavación de julio y agosto, con el fin de acercar el trabajo científico a los ciudadanos.
 En un comunicado, ha informado de que los visitantes podrán acceder a los yacimientos de la Cova Gran de Les Avellanes-Santa Linya y la Roca dels Bous de Sant Llorenç de Montgai, donde podrán profundizar en la vida de los neandertales a través de las tecnologías de la información: “Se trata de mostrar la ciencia en construcción y acercarla a la sociedad”, ha explicado el director del Cepap, Rafael Mora.
Los visitantes de la Cova dels Bous podrán acceder al yacimiento a través de pasarelas; realizar visitas guiadas por los propios investigadores, y ver recreaciones del modo de vida de los homínidos a través de pantallas digitales táctiles y contenidos audiovisuales, en el marco de la conocida como ‘Ruta Neandertal’.

sábado, 17 de diciembre de 2011

DESESTIMAN EVIDENCIAS DE MARCAS DE CORTES EN HUESOS DE HACE 3.5 MILLONES DE AÑOS.

La especie de la 'Australopithecus afarensis', conocida como 'Lucy', ha tardado tres meses en perder su capacidad para hacer herramientas. La investigación de un arqueólogo español ha puesto en la picota el trabajo científico, con repercusión mundial en agosto pasado, que aseguraba que estos homínidos, que vivieron hace 3,5 millones de años, eran capaces de usar piedras para conseguir carne.

La hipótesis de este insólito comportamiento, publicado en agosto en la revista 'Science', se basaba en las marcas encontradas en dos pequeños huesos de un herbívoro primitivo que, según los autores de aquel artículo, habrían sido hechas para arrancar la carne pegada con una piedra con filo.

Ahora, un nuevo trabajo científico, firmado por el arqueólogo español Manuel Domínguez-Rodrigo, director del proyecto español paleoantropológico en Olduvai (Tanzania), concluye que esas marcas en los huesos se hicieron al ser pisoteados por los animales en un suelo de grava, no a una actividad carnicera.

«Vistas por el microscopio, encajan a la perfección con otros huesos pisoteados, hasta el punto que cualquier alumno mío puede verlo. Así que, de momento, no podemos retrasar un millón de años la capacidad humana de hacer herramientas. Sigue estando relacionada con la necesidad de consumir más carne debido a que el cerebro era más grande, y eso se sabe que ocurrió hace 2,5 millones de años», explica el científico a ELMUNDO.es.

En su opinión, el error del equipo dirigido por Shannon P. Mcpherron, del Instituto Max Planck de Alemania, pudo deberse a que los huesos no fueron analizados por un experto en tafonomía, que se habría percatado de las diminutas estrías típicas de los pisoteos aleatorios.En el trabajo, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)', apunta que teóricamente no hay razones para negar, a priori, la hipótesis de que un 'A. afarensis' utilizara herramientas como cuchillo, pero no se pueden utilizar como prueba estos fósiles.

NEANDERTHALES DE 31.000 AÑOS EN EL CIRCULO POLAR ARTICO.

Pareciera que esta noticia sale para contradecir la noticia que decía que los neandertales desaparecieron hace 40 mil años, basándose en el sitio ruso Mezmaiskaya.

Esta vez no se trata de restos fósiles de neandertales, sino de la tecnología lítica conocida como Musteriense, asociada a estos parientes nuestros. Se trata de 313 herramientas descubiertas en el yacimiento ruso de Byzovaya, ubicado dentro del círculo Ártico, y con una antigüedad de 28500 años C14. El hallazgo lo dan a conocer científicos franceses, rusos y noruegos, en la revista Science.

Esto abogaría por la presencia neandertal en algunas regiones aisladas hasta fechas tempranas y lo que esto trae aparejado, o sea una convivencia con los sapiens que llegaban a Europa. Pero también implicaría que los últimos reductos neandertales no sólo eran zonas meridionales, como Gibraltar, sino en zonas climáticas tan duras como el círculo Ártico.

En el yacimiento se han descubierto herramientas y más de cuatro mil restos fósiles animales, como mamuts, rinocerontes lanudos, osos, lobos, y zorros. Todos con marcas de corte que atestiguan que se trataba de las presas de los dueños de las herramientas de piedra.

Se trata de una cueva ubicada en los montes Urales en el norte de Rusia, región ubicada dentro del círculo polar Ártico. Los restos descubiertos allí se han datado con carbono 14 y técnicas de estimulación óptica. Se dataron tanto los sedimentos como los restos fósiles, en 28500 años carbono 14, que calibrados dan una antigüedad de 31 a 34 mil años.

El arqueólogo Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico de Madrid y de las excavaciones en el yacimiento de neandertales en Pinilla del Valle (Madrid), comenta en El Mundo que, con estas investigaciones, se pone de manifiesto que la desaparición de aquellos humanos no se debió a un solo factor, como el cambio del clima, sino a factores de distinta índole "como la falta de diversidad genética, el mismo problema con el que se encuentra ahora el lince ibérico".

martes, 13 de diciembre de 2011

DESCUBRIERTA EN FRANCIA LA FRENTE DE UN HOMBRE DE 170.000.

El hueso frontal de un hombre joven de hace 170.000 años fue descubierto en una gruta marítima situada en Lazaret (sureste de Francia), informaron este miércoles un grupo de científicos.
Este cazador nómada de la Costa Azul francesa “tenía al menos 25 años cuando murió porque las suturas dentadas del hueso frontal todavía no están soldadas”, dijo la paleontóloga Marie-Antoinette de Lumley.
Se trata uno de los últimos Homo erectus, cuyo descubrimiento podría aportar importantes informaciones para entender la evolución de su sucesor, el hombre de Neandertal.
“Con esta frente, bastante baja y aplastada, se ve el principio de la cara”, añadió la científica, quien destacó la “rareza” del descubrimiento hecho el sábado por un grupo de estudiantes que participaban en una excavaciones estivales.

MAGDALENIENSE INFERIOR: LA CUEVA DEL MIRON ABRIRA SUS PUERTAS EN CANTABRIA.

Los expertos explicarán a los asistentes las características de este emplazamiento, la historia de la investigación que se desarrolla en él y los principales hallazgos de los últimos años, además de contestar a las cuestiones que se planteen (19.00 horas).
Los trabajos arqueológicos en la Cueva del Mirón y otros yacimientos del Monte Pando se vienen realizando desde 1996 por un equipo internacional de las universidades de Cantabria y New Mexico (Estados Unidos).
Resultado de esa actividad han sido los más de 80 artículos publicados por el equipo, en su mayor parte en revistas internacionales, varias tesis doctorales tanto en España como en Estados Unidos, y una primera monografía sobre las ocupaciones de la Prehistoria reciente que pronto verá la luz.
El Mirón cuenta también con una serie de 75 fechaciones mediante carbono-14, una de las más amplias para un único yacimiento de toda la Península.
Los trabajos han sido financiados a lo largo de estos años por diversas instituciones nacionales y extranjeras, entre las que destacan por su aportación la Fundación Botín o la National Geographic Society, y en las últimas campañas la L.S.B. Leakey Foundation y la Consejería de Cultura del Gobierno cántabro.
Entre los hallazgos más relevantes destaca el enterramiento humano descubierto en 2010 y actualmente en proceso de estudio por diversos especialistas, atribuido provisionalmente al periodo Magdaleniense Inferior, y que se espera que pueda ofrecer datos hasta ahora desconocidos de la genética de estas poblaciones, entre otros aspectos.
La Cueva del Mirón se localiza bajo la Cueva de Covalanas, conocida por sus pinturas rupestres, abierta al público y que se sitúa a tres kilómetros de Ramales de la Victoria en dirección al Puerto de los Tornos y accesible mediante un corto paseo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

UNA ESPECIE DE BUFALO ASIATICO VIVIO EN ORCE HACE 1.5 MILLONES DE AÑOS.

Los fragmentos de cráneo desenterrados en el yacimiento de Venta Micena de Orce (Granada) en 1990, con una antigüedad de 1,5 millones de años, y que presentaban una anatomía desconocida en relación a los bóvidos europeos del Cuaternario, pertenecen en realidad a una especie de búfalo asiático del género Hemibos.
Así lo ha constatado un equipo de cuatro científicos, tras más de 20 años de investigaciones y comprobaciones entre fósiles similares de Europa, África y Asia, que publican ahora un artículo en la revista ‘Quaternary International’.
El hallazgo de Orce de 1990 desveló fragmentos de huesos frontales y parte del parietal de un gran bóvido de entre 350 y 450 kilogramos que había sido atacado por una hiena gigante, si bien los investigadores dudaban sobre la posibilidad de que este animal fuera exclusivo de la Península Ibérica.
El trabajo está firmado por Sergio Ros-Montoya y Patrocinio Espigares, paleontólogos del Museo de Prehistoria y Paleontología de Orce; el investigador adscrito al Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (Iphes), Bienvenido Martínez-Navarro, y el catedrático de Paleontología de la Universidad de Málaga, Paul Palmqvist.
En concreto, los investigadores han contrastado la similitud de estos fragmentos de cráneo con otros presentados en 2004 por el Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Pekín, lo que les lleva a afirmar que los fósiles “solapan anatómicamente”.
Martínez-Navarro ha precisado que se trata de un descubrimiento “espectacular”, puesto que pone de relieve que este tipo de búfalo habitó la cuenca del Guadix-Baza en el Pleistoceno inferior y del que hasta la fecha no se tenía constancia en Europa, y pone de
relieve que la Península Ibérica no estaba aislada entonces de la evolución de la fauna en Euroasia.
“Esto prueba que a lo largo de las latitudes medias del continente euroasiático hubo importantes conexiones faunísticas”, ha señalado el paleontólogo en un comunicado del Iphes.

EL HOMO HEIDELBERGENSIS GOZO EN ATAPUERCA DE UN CLIMA SIMILAR AL ACTUAL HACE 300.000 AÑOS.

Hace entre 250.000 y 350.000 años antes del presente la especie Homo heidelbergensis habitó la Sima del Elefante de Atapuerca (Burgos) y lo hizo en un clima claramente mediterráneo, de características similares al actual. Esto se ha sabido gracias al estudio de restos de micromamíferos obtenidos en los niveles superiores (TE18 y TE19) de este yacimiento. Concretamente, se han identificado un total de 92 restos pertenecientes a 17 especies: 3 insectívoras, 4 quirópteras, 9 roedoras y una lagomorfa.
Los resultados de la investigación los recoge la revista Geologica Acta en un artículo firmado, entre otros, por varios miembros del IPHES (Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social): Juan Manuel López-García, Hugo Blain, Ana García y Maria Lluc Bennàsar.
En este trabajo, una vez más los micromamíferos han demostrado ser una herramienta muy válida para determinar el paleoambiente y el clima de los yacimientos prehistóricos, así como su cronología. Desde este último punto de vista, la asociación de micromamíferos sitúa los niveles superiores de la Sima del Elefante entre hace 250.000 y 350.000 años antes del presente, por lo tanto, es algo más reciente que el nivel 10 de Gran Dolina (TD10) (243.000-430.000 años antes del presente aprox.), y muy similar a Galería (250.000 hasta 500.000 años en adelante), todos ellos en Atapuerca.
“En relación al clima y el ambiente, si se comparan los datos que han aportado los micromamíferos con los de la herpetofauna, la malacofauna y los grandes mamíferos, se pone de relieve que en el Pleistoceno medio el paisaje en los alrededores de la Sima del Elefante estaría formado principalmente por un bosque húmedo, con áreas abiertas probablemente más secas, y con un clima claramente mediterráneo de características similares al que hay actualmente en Burgos”, explica Juan Manuel López-García, investigador del IPHES.

sábado, 10 de diciembre de 2011

NUEVE ESTRATOS SUBTERRANEOS DE PREHISTORIA CATALANA EN COVA GRAN.

La Cova Gran es grande pero no cueva. Es una visera de roca de unos veinticinco metros de altura, con unos treinta de boca, que protege de lluvia e inclemencias unos 2.800 metros cuadrados de superficie. Está cerca del pueblito de Santa Linya y sus habitantes la han utilizado ancestralmente en tradiciones como el Enterrament de la sardina.
Pero lo que entierra la Cova Gran es una inédita secuencia de 50.000 años, descubierta en 2002, que se excava desde 2004 y que está perfilando el relato prehistórico del sur del Pirineo. Perfilando y contradiciendo, porque la excavación que dirige el arqueólogo y catedrático de Prehistoria de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Rafael Mora está revelando no sólo que la Catalunya central no es un gran vacío paleolítico, como se ha intuido hasta ahora, sino que en yacimientos como este se puede establecer una sucesión cultural de toda la Prehistoria local.
Rafael Mora visitó por primera vez la Cova Gran de la mano de dos vecinos de Camarasa, Jaume Feliu y Josep Vendrell, que sospechaban que podía albergar algún vestigio histórico al estilo de la Cova del Parco, en Os de Balaguer, investigada desde los 80. Después de la belleza del paisaje, lo primero que del enclave llamó la atención al arqueólogo Mora fue un grupúsculo de rocas, en un extremo, que a cualquier mortal le habrían parecido como mucho desprendimientos de la pared de calcárea; alguien más avezado habría intuido que eran restos depositados por el arroyo que discurre a lo largo de la boca de la Cova, y que en épocas de lluvia puede llevar un caudal considerable. Pero el arqueólogo Mora vio en ellas círculos y alineaciones y sospechó. Sospechó que podía tratarse de una necrópolis. En un primer trabajo de cata, registró alrededor de las rocas y no halló nada, pero eso no le desanimó: si algún día hubo restos pudo llevárselos el arroyo, porque las rocas estaban en su margen de crecida. En el fondo del abrigo, en el punto más cercano a la tripa de la montaña, empezaron a aparecer indicios de que en el subsuelo de la Cova Gran había algo más que raspas de sardina.
Los primeros análisis que se hicieron con georradar revelaron nueve metros subterráneos de estratos. Tras siete años de campañas, se ha excavado en distintos puntos del lugar y en uno de ellos conviven… 32 estructuras de distintas épocas, una sobre otra.
Cuando La Vanguardia visita el yacimiento, a finales de julio, un equipo de 40 arqueólogos trabaja en el lugar. Ataviados con camisetas verdes (en cuyo torso un código QR remite a la web del yacimiento), algunos de ellos están apenas a un par de metros bajo tierra, diseccionando el pasado gramo a gramo. Como un corte de helado –turrón, cacao, avellana…–, el color de cada capa de tierra es una cultura entera, quizás un siglo de ocupación.
“Creemos que en este abrigo no hubo ocupaciones estables sino temporales, aunque en periodos de 20.000 años hablar de un siglo es hablar de un segundo”, explica Mora, cuya camiseta ha perdido las mangas. Una de las singularidades del yacimiento es que, debido a las características de la piedra y a los efectos del clima, cada franja del helado quedó esterilizada, aislada de las que le cayeron encima. “Y eso proporciona muchísima resolución a nivel arqueológico o interpretativo”, explica el arqueólogo y experto en fauna de la UAB Jorge Martínez-Moreno. De cada franja se ha analizado la industria lítica, la fauna, los restos de los hogares… y cada época ofrece rasgos y costumbres diferenciados.
 Hay restos de cabras, ciervo, conejo, caballo, burro silvestre (extinguido hace 10.000 años), buey salvaje o rinoceronte, habitual en la zona hasta hace unos 30.000 o 40.000 años. Han aparecido miles de restos de piedra trabajada (o los deshechos de su preparación), lo que parece un almacén de sílex, agujas de coser y puntas de jabalina de hueso, alguna de ellas con una cabeza de ciervo dibujada con incisiones en zig-zag… Han aparecido también pequeños gasterópodos marinos, que se colgaban de la ropa o el cuello, y el tamaño es aquí lo singular, porque para que se vieran debían ponerse muchos de ellos. Y eso que la especie detectada produce ejemplares tres veces más grandes. La elección de los pequeños, juntándolos, sugiere un nivel superior de sofisticación cultural. “Queremos hacer la reconstrucción del lugar para saber cómo vivían, más allá de hacer la cronología. Hay misiones que buscan el fondo del yacimiento para conocer la fecha mas antigua”, añade Xavi Roda, arqueólogo experto en la industria lítica.
 Otra de las maravillas del sitio es que fue ocupado desde la época neandertal (con el Homo neanderthalensis) y que esta especie convivió con el hombre paleolítico (ya es Homo sapiens anatómicamente moderno) y, remarca Mora, “sin mezclarse y sin transmisión cultural”; sobre esta convivencia hay gran controversia antropológica,
porque los hallazgos de la Cueva Antón, en Murcia, sostienen lo contrario, que entre ambas especies sí hubo intercambios importantes. “Son especies distintas y lo lógico es que se separen entre ellas, porque están compitiendo por un mismo ecosistema”, pondera Mora. “Disiento de que haya transición entre neandertal y paleolítico, porque hay estratos estériles entre ellos, no hay mezcla de industrias sino al contrario, no hay transmisión simbólica. Trabajan la piedra de forma diferente”.
“Hay unos cinco yacimientos así en Europa, pero excavados a pico y pala hace cincuenta años”, remarca el director de los trabajos. En el sur de Francia, los antiguos asentamientos paleolíticos se conocen desde fines del XIX. En el pre-Pirineo han empezado a descubrirse en los últimos 20 o 30 años, con lo que la tecnología permite descubrir muchas más cosas. “Aquí o no hubo tanta ocupación o no hemos investigado tanto y hay cosas por descubrir”, apunta Mora. ¿Un Altamira?
El equipo de la UAB quiere que los descubrimientos reviertan en la economía local. Por ello, el yacimiento ya es visitable –forma parte de circuitos escolares– y se ha habilitado un aparcamiento. Además de continuar con la excavación, el siguiente paso es digerir toda esta información y adaptarla a sistemas como el ipad, además de construir –ya existe el proyecto de obra– un centro de interpretación. En el futuro, se instalarán pasarelas sobre la zona de trabajos arqueológicos, que se irán mostrando tal como estén, y se irá adaptando el discurso al avance de las investigaciones.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

BENZU: EL HOMBRE CRUZO EL ESTRECHO DURANTE LA PREHISTORIA..

Los últimos resultados de las investigaciones abiertas han concluido la “consistencia” de la hipótesis del paso del Estrecho por las sociedades de cazadores, recolectores y pescadores durante la época del Paleolítico, según ha afirmado a EFE el profesor José Ramos.

Ramos y Darío Bernal, ambos de la Universidad de Cádiz, lideran los trabajos de investigación del yacimiento de La Cabililla de Benzú, una cueva situada junto a la frontera que separa Ceuta de Marruecos donde se han datado restos con una antigüedad que llega a los 300.000 años.

El yacimiento fue localizado en el año 2001 durante la realización de la carta arqueológica de Ceuta y hasta entonces los datos previos sobre la Prehistoria ceutí eran casi inexistentes, lo que dio origen a varias campañas de prospecciones que han permitido recuperar numerosos restos del asentamiento.

Bernal afirma sobre la teoría del paso del hombre por el Estrecho: “el Estrecho en el Pleistoceno era más estrecho y había islas que favorecían a los cazadores-recolectores que se movían mucho. La visibilidad de las dos orillas era mayor por plataformas que permitían aproximar las dos costas”.

El paso del Estrecho de Gibraltar por el hombre prehistórico “no está constatado todavía pero sí en épocas posteriores, si bien los avances localizados nos apuntan a que el cruce se produjo también en la Prehistoria”, ha detallado Bernal a Efe.

José Ramos está convencido de la relación entre las dos orillas del Estrecho. “Es un dato confirmado a pesar de que sólo hemos excavado una décima parte del yacimiento. Nos hemos dado cuenta que en Ceuta la cronología es más antigua que en la península, pero hay muchas expectativas para tener datos sobre la Prehistoria del norte de África y del sur de la península”.

José Ramos ha señalado que el paso del Estrecho se produciría durante los “momentos fríos del Cuaternario”, pero que todavía hay que investigar este extremo.

Los expertos de la Universidad de Cádiz están elaborando una memoria científica para concluir la primera fase de las investigaciones. “Todo ésto nos ayudará a entender el Estrecho”, ha afirmado Bernal.

La cueva de Benzú tiene su estrato más bajo en una antigüedad de unos 300.000 años y el séptimo nivel o estrato está fechado en unos 70.000 años. “Es un yacimiento conocido internacionalmente ya que hay pocos hallazgos Paleolíticos con secuencias para entender las sociedades que lo habitaban como sucede en éste”, ha añadido el profesor.

La Basílica Tardorromana de Ceuta acoge estos días una muestra donde se resumen los diez años de excavación en la cueva de Benzú así como la metodología aplicada para avanzar en estas conclusiones científicas.

domingo, 4 de diciembre de 2011

EL HOMBRE DE DENISOVA.

Hace unos 40.000 años, y desde mucho antes, vivía en el continente europeo una especie humana que, aunque extinguida, se conoce razonablemente bien por la abundancia de fósiles recuperados en múltiples yacimientos, incluidos algunos muy notables en España. Eran los neandertales, gente robusta y con una cultura propia manifestada en sus herramientas y en los vestigios de sus vidas. Pero, si eran tan específicamente europeos como el registro fósil indica, ¿quién vivía entonces en Asia? La respuesta, que se ocultaba en una nube de restos fósiles varios y debates científicos poco concluyentes, ha llegado ahora no de la mano de huesos desenterrados en algún rico yacimiento, sino directamente del ADN. Los análisis genéticos avanzados de un pequeño hueso de una mano femenina hallado en una cueva del sur de Siberia muestran que pertenece a un hasta ahora desconocido pariente asiático de los neandertales. Además, unos pocos de sus genes están presentes hoy en las poblaciones de Melanesia.

El descubrimiento abre nuevas dudas sobre el humano prehistórico. En África señoreaba la especie humana que acabó ocupando el planeta. El genoma es la información más valiosa sobre nuestro origen. Lo difícil es encontrar material sin contaminar para trabajar.

"Si, los primos asiáticos, es una buena manera de presentarlos", dice Svante Pääbo, científico que ha liderado el descubrimiento. Estos individuos de Siberia, del yacimiento de Denisova, "comparten un origen antiguo con los neandertales, pero tiene su propia historia independiente", añade.
Con el hallazgo, desvelando el secreto de los genes, se aclara el panorama de la evolución humana en el tramo justo anterior a nuestra especie, a la vez que se abren nuevos interrogantes sobre cruces, contactos y herencias de los humanos prehistóricos. En Europa estaban los neandertales hasta hace casi 30.000 años; en Asia, los denisovanos (y tal vez otros), y en África señoreaba ya la especie humana actual, que acabó ocupando todo el planeta y que incorporó pocos genes neandertales. Por cierto, nadie llegó a América hasta varios miles de años más tarde.

"Como demuestra este trabajo, los estudios de la variación genética humana se ensanchan más allá del ámbito médico", comentan los expertos Carlos D. Bustamante y Brenna M. Henn (Universidad de Stanford) en Nature. "El estudio de los diversos genomas humanos, tanto antiguos como actuales", añaden "es la herramienta más poderosa disponible para comprender nuestros orígenes comunes y nuestra historia".

Desde hace un siglo, la paleoantropología ha avanzado a golpe de buscar y rebuscar huesos fósiles que dieran una idea de cómo eran los seres del pasado: los primeros homínidos de hace unos cinco millones de años, las especies africanas más evolucionadas pero aún con muchos rasgos simiescos y los primeros seres del género Homo de hace unos dos millones de años (hasta aquí siempre en África). Poco después, los primeros emigrantes del continente ancestral se aventuraron hacia Eurasia. Pero aún faltaban oleadas posteriores de poblaciones, cruces y procesos evolutivos hasta llegar a los remotos hombres de Atapuerca, de más de un millón de años (los más antiguos) y de hace 500.000, los preneandertales, muy bien documentados, de la Sima de los Huesos de ese yacimiento burgalés.

Pääbo y los científicos que colaboran con él han dado un rigor revolucionario en esa ciencia con su capacidad de aislar material genético de los fósiles, analizarlo y compararlo. "Este trabajo de Denisova es uno de los primeros ejemplos de cómo la genética toma la avanzadilla a la paleontología más clásica, al ser capaz de identificar a unos seres desconocidos analizando su genoma", comenta Tomás Marqués-Bonet, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC) y uno de los autores del artículo.

En 2008, se encontró en la cueva de Denisova una falange y un molar que se dataron entre hace 30.000 y 50.000 años. No se han anunciado más huesos humanos por el momento. Pero Pääbo domina la herramienta genética para buscar y analizar ADN antiguo. "En el molar no se ha podido recuperar material genético de suficiente calidad, pero en la falange sí", explica Marqués. "Y es muy difícil lograrlo, porque, normalmente, los fósiles tienen tantos microbios que, si no tienes mucho cuidado, acabas secuenciando el genoma de los microbios y no el del hueso". Además, está la cuestión de la contaminación con ADN actual, pero esto no es problema para estos científicos con fama de cuidadosos, que alcanzaron un hito con la publicación este año del genoma del neandertal.

¿Cómo llamar a aquellas poblaciones del sur de Siberia? Los científicos se refieren al grupo de Denisova, y pasan de puntillas sobre la cuestión de la especie. "Darle un nombre latino requeriría decidir si nos referimos a ella como especie o como subespecie", explica Pääbo a EL PAÍS por correo electrónico. "Dado que no hay definiciones claras, esto siempre deriva en debates académicos estériles que no pueden resolverse", añade. "Por ejemplo, aunque sabemos mucho más de los neandertales que de cualquier otra forma fósil humana, los científicos aún no se ponen de acuerdo sobre si es una especie o una subespecie, así que mejor los llamamos con sus nombres comunes: denisovanos, neandertales y humanos modernos. Todo el mundo comprende de qué estamos hablando".

Seguramente es una sabia decisión del experto sueco -que trabaja en Alemania, en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva- para provocar más ruido en una ciencia, la paleontología, que hasta ahora ha definido las especies por los fósiles, y cuantos más mejor. No hay en este caso por ahora más que una falange y un molar. "Pero el profesor Anatoli Derevianko [de la Academia Rusa de Ciencias] y sus colegas siguen excavando en Denisova y esperamos encontrar más material".

El dedo y el molar de Denisova no son nuevos en la ciencia. Hace unos meses el mismo Pääbo y su equipo dieron a conocer el análisis genético de la mitocondria. "Pero ese genoma es limitado", dice Marqués-Bonet. "Ahora, con el genoma del núcleo tenemos muchísima más información y, de hecho, las conclusiones han variado porque con el mitocondrial los denisovanos no parecían tan parientes cercanos de los neandertales".
Es curioso que nadie sabe cómo serían aquellos primos asiáticos de los neandertales, qué aspecto tendrían, ni siquiera la denisovana del dedo y el molar, porque se sabe que los dos fósiles pertenecen a una hembra, qué aspecto tendría... Pero con los genes se desvela su historia evolutiva. "Denisova comparte más genes con los neanderales que con los humanos actuales", explica Marqués-Bonet, aunque entre ambas especies extinguidas hay notable diferencia genética, añade. Otro resultado notable de la investigación es que los habitantes actuales de Melanesia -región de Oceanía que incluye la isla de Nueva Guinea-comparten entre un 4% y un 6% del material genético de los de Denisova extinguidos, mientras que no se aprecia aportación de genes de estos últimos al resto de las poblaciones asiáticas actuales. Esto sugiere que hubo algún tipo de mestizaje de los primos de los neandertales con los antepasados de los melanesios. De cualquier forma, unos y otros, los neandertales y sus parientes asiáticos, se extinguieron y nuestra especie acabó instalándose en todo el planeta.

Desde hace décadas, "se ha debatido acerca de si nuestra especie surgió solo una vez y se difundió por todo el mundo, reemplazando a todas las especies de Homo existentes, o si nuestros ancestros se cruzaron con las otras especies y subespecies", comentan Bustamante y Henn, en Nature. "Hasta ahora, los datos genéticos y la interpretación de los fósiles, parecían favorecer el modelo de la completa sustitución, en el que todos los genes de toda la especie humana se remontan a un origen único en una o más poblaciones africanas, de tamaño moderado, de hace unos 200.000 años. Sin embargo, la secuencia del genoma nuclear de Denisova, junto con la del neandertal, sugiere que esa historia denominada Salida de África del Homo sapiens problemente estuvo más entrecruzada en algunas regiones que en otras". La conclusión de Bustamante y Henn es que se produjo efectivamente una sustitución de las poblaciones previas por parte de nuestra especie, pero hubo, además, un limitado flujo genético entre ellas.