sábado, 28 de abril de 2012

EL ARQUEOLOGO HERMANFRID SCHUBART CEDE SUS DERECHOS DE SU ULTIMA OBRA AL AYUNTAMIENTO DE CUEVAS DE ALMANZORA.

El Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora ha llegado a este acuerdo con el autor para la traducción y publicación de su obra

El Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora continúa con la puesta en valor de su patrimonio histórico y cultural y muy especialmente de uno de los yacimientos de la Cultura de El Argar de mayor importancia en el municipio como es Fuente Álamo, con más de 4.000 años de historia.

De ahí que recientemente el consistorio haya llegado a un acuerdo con el arqueólogo alemán Hermanfrid Schubart para publicar en español su última obra, “Tumbas de Fuente Álamo: aportación de los ritos funerarios y cronología de la Cultura de El Argar”, que se encargará de editar en español y publicar el Instituto de Estudios Almerienses.

El que fuera director del Instituto Arqueológico Alemán en Madrid, Hermanfrid Schubart, que se encargó de los trabajos de investigación en el yacimiento prehistórico de Fuente Álamo en Cuevas del Almanzora, ha firmado los derechos de cesión de su obra para su traducción y publicación aprovechando su reciente estancia en nuestro municipio.

Acompañado por los ediles de cultura y obras, Lola Moreno y José de Haro, además de otros familiares y amigos, el conocido arqueólogo firmó el convenio de cesión en un acto celebrado en el Ayuntamiento de Cuevas del Almanzora.

Cabe destacar también que las excavaciones científicas que desarrolló el Instituto Arqueológico Alemán en Cuevas del Almanzora aportaron a la Cultura de El Argar todos los datos precisos para su correcta interpretación en el proceso histórico.

El municipio, además, cuenta con un Museo Arqueológico en el Castillo del Marqués de Los Vélez dedicado a Fuente Álamo en el que se interpretan las formas de vida del poblado cuevano.

EN MADRID ENCUENTRAN EVIDENCIAS DE CONSUMO DE CARNE Y MEDULA OSEA DE ELEFANTE HACE 80.000 AÑOS.

  1. Los humanos que poblaron la orilla del Manzanares durante el Paleolítico medio (hace entre 127.000 y 40.000 años) se alimentaban de carne y médula ósea de paquidermo. Así lo demuestra una investigación española que ha encontrado marcas de percusión y de corte en los restos de elefantes del yacimiento de Preresa (Madrid).

En la prehistoria, cazar un animal para alimentarse implicaba un riesgo y un gasto energético muy grande. Por eso, cuando los habitantes del Paleolítico medio (hace entre 127.000 y 40.000 años) tenían un elefante en la despensa, chupaban hasta los huesos.

Los humanos que poblaron la región de Madrid hace 84.000 años se alimentaban de su carne y consumían la médula ósea de estos proboscidios, según prueba un nuevo estudio. Hasta ahora, la comunidad científica dudaba que la explotación de la carne de elefante fuera una actividad común en esa época por la falta de evidencias directas en los huesos. Aún está por determinar si estos mamíferos eran del género Mammuthus o del subgénero Palaeoloxodon.

Los investigadores hallaron huesos con marcas de corte, para consumir la carne, y de percusión, para la médula ósea. “Hay muchos yacimientos, pero pocos restos fósiles con marcas que muestren la intencionalidad del ser humano”, destaca a SINC Jose Yravedra, investigador de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y autor principal de la investigación publicada en la revista Journal of Archaeological Science.

Nunca antes se habían documentado marcas de percusión que confirmaran una fracturación intencional de los huesos para acceder al alimento interior. Estas siempre se habían asociado a la fabricación de herramientas, pero en los restos hallados esta hipótesis se descartó. Los utensilios encontrados en la misma zona estaban hechos de sílex y de cuarcita.

El equipo, formado por arqueólogos, zooarqueólogos y geólogos de la UCM, del Instituto de Evolución en África (IDEA) en Madrid y del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) en Burgos, recogió 82 huesos del mismo elefante asociados a 754 herramientas de piedra, en un área de 255 metros cuadrados del yacimiento de Preresa, en la orilla del río Manzanares.

En el caso de las marcas de corte en los restos fósiles, estas se suman a “la evidencia más antigua de aprovechamiento de elefantes” en el yacimiento de Áridos, cercano al río Jarama, según recoge en 2010 una investigación publicada por Yravedra en la misma revista. “Hay pocos registros sobre el aprovechamiento de elefantes en Siberia, Norteamérica y Europa central de hace más de 10.000 años”, contextualiza el zooarqueólogo.

Los riesgos de cazar un elefante

Las vísceras es lo primero que come un depredador, humano o carnívoro de cualquier clase. Las señales prehistóricas del banquete ayudan a los investigadores a saber quién fue el primero en sentarse a la mesa, ya que el riesgo de cazar un elefante plantea la duda de si el humano lo cazaba o lo carroñaba.

“Este es el siguiente enigma que tenemos que aclarar”, responde Yravedra, quien recuerda que hay evidencias de caza en otros animales más pequeños en el mismo yacimiento. Pero, por el grosor de las membranas fibrosas y otros tejidos de la carne del elefante, los humanos no siempre dejaban marcas en los huesos. “Y por eso en ocasiones es difícil determinar si los humanos aprovecharon su carne”.
El ‘Santo Grial’ de la alimentación paleolítica

La grasa animal era un bien muy preciado entre cazadores y recolectores que seguían una dieta rica en carne y baja en carbohidratos. Cuando la carne escaseaba, otros recursos como la médula ósea se convertían en una fuente de lípidos.

Según el estudio, en los elefantes esta práctica no era muy común por la laboriosidad del proceso de extracción de la médula ósea de los huesos. Además “la explotación de su grasa es algo que no se ha documentado hasta ahora”, dice el investigador. Otras fuentes de alimento, como los sesos, cumplían la misma función nutricional.

BOLIVIA CONTABILIZA MAS DE 1000 SITIOS CON ARTE RUPESTRE.

En Bolivia hay más de mil sitios que contienen arte rupestre, algunos de los cuales aún no fueron inventariados por completo, aunque centenares ya fueron estudiados con amplitud, según el especialista y representante de la Sociedad de Investigación del Arte Rupestre de Bolivia (SIARB), Matthias Strecker.

En busca de la conservación. Según la publicación difundida en el Periódico Digital de Investigación, del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB), el desarrollo sostenible con parques arqueológicos es una opción para conservar estos sitios, lo que en Bolivia no funciona bien, según Strecker.

Un ejemplo de la aplicación de esta política es el santuario de Copacabana, donde está el monumento Tinqala Orkojahuira, pero hay permanentes problemas de conservación y vigilancia. En Samaipata, Santa Cruz, la administración funciona mejor y en Quila Quila, Chuquisaca, los ayllus respondieron de manera positiva, aunque hubo discontinuidad por conflictos locales.

La relación del arte rupestre con el trabajo y la investigación arqueológica es clave, por eso los especialistas ponen especial cuidado en la datación de las pinturas. Strecker dice que este aspecto netamente técnico del trabajo es importante porque se sabe que en el mundo existe arte rupestre con 40.000 años de antigüedad, mientras que en Sudamérica tienen hasta 10.000 años. En Bolivia se cuenta incluso con arte rupestre colonial. Aún falta buscar sitios de arte rupestre en la cuenca del lago Titicaca.

Para junio, la SIARB prepara un congreso internacional donde se abordará aspectos relativos al arte rupestre en simposios, talleres, exposiciones y visitas.

Estos sitios patrimoniales son protegidos en el mundo. En Sudamérica están en Nazca (Perú), en la Patagonia (Argentina) y en Piauhí (Brasil).

25 años pasaron desde que el boletín de la SIARB empezó a publicar las descripciones de los sitios con arte rupestre.

sábado, 21 de abril de 2012

HALLAN HERRAMIENTAS DE 14.000 QUE CONFIRMAN LA PRESENCIA HUMANA EN LOS LAGOS (CHILE)

Investigadores de las universidades Austral de Chile y Católica de Temuco realizaron el hallazgo de herramientas, que podrían corresponder a artefactos de piedra fabricados por seres humanos en Pilauco, mismo sitio donde fueron encontrados restos del animal prehistórico Gonfoterio.

Los antecedentes que demuestran la presencia de artefactos fabricados por antepasados en el sitio, corresponden al segundo año de desarrollo del proyecto en Pilauco y se centra en las descripciones cuantitativas de los materiales líticos o (artefactos de piedra) registrados en el sitio.

Para la doctora Ximena Navarro-Harris, de la UC de Temuco, estos hallazgos permiten determinar las condiciones que presentaba la mega fauna a fines del Pleistoceno en la zona.

A su juicio, estos artefactos parecen demostrar una cierta tendencia hacia la utilización de fragmentos de piedras de buena calidad para la creación de herramientas.


La investigadora precisó que desde este punto de vista, el sitio ya no es paleontológico, sino que se suma la presencia de vida humana hace 14.600 años atrás.

“Estos hallazgos nos permiten establecer inicialmente que existen indicadores claros que estos seres humanos estuvieron allí, por los trabajos realizados en las rocas”, dijo Navarro.



Aunque la ausencia de ciertos huesos de los gonfoterios y la posición de los elementos que fosilizaron en el sitio, ya hacía sospechar la presencia humana, la colección de líticos analizados comprueba que en Pilauco, seres humanos contemporáneos a los de Monte Verde intervinieron en el lugar.

Ahora, la tarea será profundizar en el conocimiento de estos artefactos, teniendo los investigadores dos años para ello, que restan del proyecto.

lunes, 16 de abril de 2012

RESTOS HUMANOS DE EPOCA NEOLITICA ENCONTRADOS EN EL CONEJAR.


El equipo Primeros Pobladores de Extremadura ha presentado esta mañana algunos de los restos hallados durante la última campaña de investigación arqueológica en la cueva de El Conejar. Entre ellos, un diente de un ser humano que habitó en esa cavidad hace «entre 5.000 y 5.500 años», calcula Antoni Canals, paleontólogo y director del equipo. En su opinión, se trata de una pieza de un valor científico importante, principalmente porque ha aparecido en un nivel arqueológico, lo que permite contextualizar el hallazgo de forma precisa. En otras ocasiones, los restos hallados no estaban en un estrato arqueológico, lo que impedía catalogarlos de forma más definida. El primer molar derecho encontrado permitirá aclarar las condiciones de vida de los hombres que habitaron el Calerizo cacereño en esa época de la Prehistoria.

Canals ha explicado esta mañana que con otras dos campañas de excavaciones, el trabajo en El Conejar habrá finalizado, porque en el yacimiento ya apenas queda lugar a la investigación. A partir de ese momento, Primeros Pobladores centrará su trabajo en preparar lo que el paleontólogo define como «proyecto de socialización», que tiene como objetivo fundamental trasladar a la población las características y la riqueza histórica de las zonas en las que llevan más de una década investigando. La idea cuenta con el apoyo institucional del Ayuntamiento de Cáceres y la Diputación Provincial, según han expresado esta mañana la alcaldesa, Elena Nevado, y el presidente de la institución provincial, Laureano León. En este mismo sentido, Antoni Canals ha anunciado también esta mañana que ya tienen diseñado un proyecto de centro de interpretación de El Calerizo, que se concibe como un espacio en el que presentar en sociedad y de forma pedagógica un resumen de la labor desarrollada en este tiempo en los yacimientos de Santa Ana, Los Millares, El Conejar y Maltravieso.

Este último, el de mayor valor arqueológico de la ciudad y probablemente de la región, está cerrado a la investigación desde el año 2008, cuando la Junta tomó esa decisión alegando que su estado de conservación se había deteriorado hasta el punto de que resultaba desaconsejable la presencia humana en su interior.

domingo, 8 de abril de 2012

UN ASENTAMIENTO DE ALGARINEJO PODRIA DATARSE EN LA EDAD DEL COBRE.



Fuentes de Cesna, un pequeño anejo del municipio de Algarinejo, alberga un recinto fortificado de unos trescientos metros de extensión en su parte más accesible, en cuyo subsuelo puede ocultarse un auténtico tesoro. No precisamente de oro ni piedras preciosas, sino de carácter científico. Su antigüedad podría remontarse a la Edad del Cobre, 3.000 años antes de Cristo, aunque de momento no hay prueba contundente que certifique la misma.
 
Un pequeño equipo de especialistas en prehistoria y arqueología de la Universidad de Granada (UGR) y del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC), han estudiado sobre el terreno los restos visibles, que los vecinos de la localidad conocen desde tiempos inmemoriales pese a que el lugar en el que se asientan es de difícil acceso. Se trata de un tajo conocido como Villavieja, en cuya cima se halla el mencionado recinto amurallado.
 
Antecedentes
 
Tal fortificación ya aparece citada por el político Pascual Madoz, en 1846, en el 'Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico de España y sus posesiones de Ultramar' más conocido como Diccionario Madoz, aunque desde entonces no se ha llevado a cabo investigación alguna sobre la zona y acerca del posible asentamiento prehistórico. Una cuestión que puede tener los días contados desde ahora.
 
«Mi impresión es que existen indicios que apuntan a que este asentamiento pudiera tener esa cronología de la Edad del Cobre, pero es una hipótesis de trabajo a partir de lo que hemos visto sobre el terreno y tendría que ser confirmada con las oportunas excavaciones arqueológicas», señala al respecto el profesor Antonio Morgado, del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UGR y quien ha seguido más de cerca toda esta primera labor de investigación sobre el terreno.
 
Lo cierto es que a partir de los restos existentes, de los numerosos objetos de cerámicas campaniformes, platos y fuentes de bordes engrosados que han sido hallados en el recinto que circunda la muralla -que tiene una superficie comprendida entre 3,5 y 4 hectáreas- por los vecinos de la localidad, los especialistas sospechan que el subsuelo puede ocultar un valioso yacimiento prehistórico cuya edad habrá que datar convenientemente. Podría tratarse de un yacimiento humano, que afloraría en cuanto las excavaciones llegaran al nivel en el que se pudieran apreciar las casas y otras infraestructuras del poblado. Una línea de investigación que sustenta esta tesis en otro hecho relevante: la existencia de hipogeos -bóvedas subterráneas para conservar los cadáveres sin quemarlos- que aparecen excavados en rocas calcarenitas y que por sí mismos indicarían la presencia humana en la zona.
 
«La primera de las hipótesis que están sobre la mesa es la que hace alusión a un asentamiento humano prehistórico, pero no podemos datarlo porque no hemos llegado a ese punto en la investigación», agrega al respecto el profesor Morgado. No obstante lo anterior, si se confirmase la antigüedad del mismo, sin duda podría ser de primer nivel.
 
Lo que sí reconoce este experto es que las estructuras de la muralla que están visibles, se encuentran muy bien conservadas. Se trata de un emplazamiento estratégico que eligieron quienes vivieron en esa zona que se encuentra en un paso natural de la depresión del Genil.
 
Cabe suponer, igualmente, que si hubo una población sedentarizada en el tajo Villavieja, esta ocuparía una estructura de cabañas circulares, hechas con piedras y plantas de los alrededores, como han demostrado otros asentamientos similares repartidos por distintos puntos de la geografía nacional. Siempre con un planteamiento de hipótesis, los habitantes serían agricultores y ganaderos que ya se habían iniciado en la metalurgia del cobre. Habitaban en comunidades, formando poblados y con tareas que realizaban en común.
 
Plan de investigación
 
A partir del trabajo que los expertos de la UGR y del CSIC han llevado a cabo hasta la presente, lo que les toca realizar ahora es un completo proyecto de investigación que tendrá que ser remitido a la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura. Tal proyecto contempla una serie de actuaciones que están regladas para este tipo de casos. La primera de ellas, una investigación arqueológica puntual que incluirá, entre otras, la excavación que será la que aflore los restos y en función de su valor, el recinto pueda ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC). De ser así, tendría la máxima protección.
 
A partir de ese momento se tendría que ejecutar un proyecto general de investigación como tal. Ello supone no sólo llevar a cabo la misma, sino también la consolidación y restauración del recinto fortificado y su difusión y visita pública como conjunto arqueológico.
 
Una vez conseguido todo lo anterior, vendría la parte más amable e interesante para los investigadores, como es la puesta en valor del recinto. Para ello se pueden desarrollar distintas actividades, como la celebración de un congreso internacional sobre este tipo de fortificaciones prehistóricas, su difusión entre la comunidad científica internacional o la publicidad nacional e internacional sobre el evento.
 
Finalmente, la guinda podría ser la creación de un conjunto arqueológico, con su preceptivo museo, como foco de atracción turística para toda la comarca del Poniente.
 
Satisfacción municipal
 
El alcalde de Algarinejo, Óscar Fernández Martín (PP), se muestra más que satisfecho por los primeros resultados que han obtenido los expertos de la UGR y del CSIC a la hora de ubicar en el tiempo los restos encontrados en su municipio. Explica a este periódico que el recinto era conocido gracias al interés de uno de los exconcejales de la Corporación, que insistió ante la misma para que ésta moviera los hilos y se pudiera investigar la antigüedad de los mismos. «Nosotros le pedimos a la UGR y al CSIC que hicieran una primera valoración, para comprobar la magnitud del yacimiento y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos han asegurado que podría tener unos 5.000 años», afirma el regidor. En su opinión, no cabe duda de que este yacimiento puede estar a la altura de cualquier otro de similares características tanto de España como de Europa.
 
Óscar Fernández afirma que a partir de este momento, lo que toca es dar cobertura logística y económica a los investigadores de ambas instituciones, para que sigan con los trabajos y el recinto pueda ser declarado cuanto antes como BIC si los nuevos descubrimientos confirman los precedentes. «La primera excavación formal pensamos que pudiera llevarse a cabo en el mes de julio», añade el primer edil, a quien los especialistas le han asegurado que con un mes de trabajo intensivo se podrían obtener ya unos resultados que pudieran indicar -al menos con cierta seguridad- la importancia del recinto. Se completaría así el estudio de campo realizado en fechas pasadas, donde también se han encontrado utensilios de la época.
 
La pequeña localidad de Algarinejo, que cuenta con 3.413 habitantes y se localiza en la comarca del Poniente, vive todavía ajena a este descubrimiento. Sus vecinos se afanan por ultimar la recolección de la aceituna, pues el pueblo vive en su mayor parte de este cultivo, así como del espárrago. Pero pronto serán conscientes de lo que ha ocurrido en estos últimos meses. Ayuntamiento y Diputación Provincial tienen previsto dar a conocer 'in situ' el hallazgo y la trascendencia del mismo para la localidad y toda su área de influencia en breves fechas.
 
Será el pistoletazo de salida de un proyecto que de culminar satisfactoriamente supondría un revulsivo para el futuro del municipio de Algarinejo y de toda la comarca dada la importancia que se supone puede tener el mismo.