Descubierto por un equipo de investigadores de la UNED y de las Universidades de Salamanca y Valencia, es un objeto de adorno de hace unos 30.000 años y pudo ser utilizado como elemento de prestigio entre los pobladores de la cueva malagueña. En opinión de uno de los componentes de este equipo, Jesús Francisco Jordá, doctor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED "estamos ante poblaciones con gustos similares a los nuestros, en las que se valoraba el adorno corporal, quizá con un significado que puede estar en relación con la identidad del grupo al que pertenecían, al igual que ocurre actualmente con los adornos que portan diferentes personas y grupos de personas en nuestra sociedad"
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