Una vez más las obras del AVE Granada-Bobadilla vienen a confirmar la existencia y naturaleza de un yacimiento que ya estaba zonificado en el actual PGOU del término municipal de Antequera, sólo que en esta ocasión el equipo que arqueólogos que delimitó el yacimiento se quedó corto: los trabajos de arqueología preventiva que se han desarrollado y los trabajos posteriores dirigidos por el arqueólogo Luis Efrén Fernández (Taller de Investigaciones Arqueológicas) de zonificación y prospección apuntan a que el yacimiento abarca una superficie mucho mayor que la propuesta en el primer estudio.
El equipo de arqueólogos ha excavado una longitud superior a los 700 metros (la zona afectada por la traza del AVE) en cuyo límite oriental se ha descubierto uno foso que delimitaría el yacimiento. Los trabajos desarrollados apuntan a que el asentamiento se establecería sobre una superficie de planta casi circular con alrededor de 1400 metros de diámetro, lo que daría un área útil de ocupación prehistórica realmente desmesurada, en torno a las 150 hectáreas. Esto podría constituir algo nunca visto en estas tierras, hasta la fecha, entre los asentamientos de esta cronología. En Arroyo Saladillo tenemos todo el abanico de posibilidades materiales que acompaña a estos yacimientos, situados en la transición del Neolítico al Cobre, en términos convencionales: finales del VI-principios del III a.C.Los materiales que se han recuperado son los habituales en este tipo de asentamientos: cerámicas decoradas y aquellas destinadas al almacenaje, preparación y consumo de alimentos, pesas de telar y toberas cuyo uso puede relacionarse con el desarrollo de una incipiente actividad metalúrgica.
En relación a la industria lítica, Saladillo aporta las tipologías características de un asentamiento agrícola con escasos materiales procedentes del exterior de la comarca de Antequera (hachas de doble filo. Azuelas, molinos de mano, morteros, etc.).También se ha documentado el empleo de “ocre rojo”, asociado a la ornamentación de las cerámicas y empleado dentro de ritual funerario. La industria ósea sólo se ve representada por algunos punzones de hueso y entre los objetos de ornamento personal destacan algunas pulseras de mármol y conchas.
También llama la atención el hallazgo de tres idolillos de pizarra. La agricultura queda documentada en determinadas áreas de concentración de actividades de molienda, elementos de hoz de sílex y en las propias estructuras de almacenaje, se trata de 139 silos de cereales o productos hortícolas y leguminosas, con restos carbonizados en algunas de ellos (cebada y trigo). Importante en cuanto volumen y diversidad parece haber sido la cabaña ganadera : bóvidos, ovicaprinos y suidos (cerdos). Son especies, habituales en el registro faunístico de esta fase y su explotación implica varios recursos derivados, lácteos, textiles (lana), curtidos, incluso combustible.
Los cánidos descubiertos en una de las estructuras excavadas, pueden constituir un buen dato para comprender la importancia de esta actividad económica ganadera y cinegética y posiblemente aporte nuevos datos sobre aspectos rituales de este fiel amigo del hombre. Precisamente la actividad cinegética también parece haber tenido su peso en la dieta del grupo, así se han descubierto restos de jabalí, cérvidos, avifauna, grandes zancudas, entre otros. Con respecto a la malacofauna, explotación de los recursos fluviales del medio, así como de los contactos con el marco litoral, se ha documentado la recolección del mejillón de río, la almeja fina, el mejillón mediterráneo, la almendra de mar, berberechos, caracolas, caracoles marinos y ostras.
El primer elemento que destaca en Saladillo, es sin duda el hallazgo del foso. Primero localizado en el interior malacitano y, segundo de la actual provincia. Saladillo presenta, en todo caso, una cronología más antigua que bordea los límites entre el Neolítico y Calcolítico. La serie de consideraciones sobre estos yacimientos delimitados o defendidos por zanjas, bien conformando anillos concéntricos o bien definiendo sectores concretos de los mismos, se apoya en buena parte de las explicaciones, primero en aspectos funcionales defensivos o, al menos disuasorios de forma más reciente en algunos casos se ha definido la línea de un posible uso como sistemas de regadío. Para sus excavadores no queda duda de que el foso de Saladillo, al igual que lo haría una muralla, delimita y defiende un perímetro en cuyo interior se desarrollan multitud de actividades vitales que son propias de la Humanidad, desde tiempos pretéritos hasta la actualidad. inhumados que no se ciñen al ritual específicamente dolménico, así como cinco inhumaciones ortodoxas efectuadas en el interior de varios silos. Los restos fueron situados en posición fetal con dos individuos infantiles, la disposición parece tendida o ligeramente flexionada. En este caso el menor de los individuos, probablemente un infantil femenino, presenta elementos de ajuar asociados, azuela y punzón de hueso y yacía bajo una superposición de herbívoros sacrificados en edad juvenil.
Uno de los individuos fue enterrado en compañía de un ovicaprino completo, apareciendo entre los restos del posible túmulo que lo cubrió, el cadáver fue espolvoreado de ocre rojo y aún se conservaba la pigmentación de algunos de los restos óseos, a continuación se cubrió el enterramiento con una estructura de grandes losas y se remató el complejo fúnebre con un túmulo de cantos y bloques de planta circular. Saladillo y los doce nuevos asentamientos descubiertos de esta época demuestran la elevada densidad de poblamiento para estos momentos y lo temprano que se desarrolla en la zona el paisaje megalítico, fruto de la situación geográfica de cruce de caminos, las conexiones con el litoral y la posibilidad de acceso a importantes fuentes de aprovisionamiento de recursos líticos junto con la fertilidad y potencialidad cinegética, silvícola y agropecuaria de los terrenos. Es, por tanto, uno de los hallazgos que, hasta la fecha, más luz arrojan sobre esta etapa en el interior de la provincia de Málaga.
Todos estos datos serán expuestos en la conferencia que el arqueólogo Luis Efrén Fernández pronunciará en la tarde de hoy viernes 19 de octubre, a partir de las 20 horas en el Museo de la Ciudad de Antequera dentro del ciclo de conferencias de otoño que organiza dicha institución dependiente del Área de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Antequera. En el transcurso del acto se expondrán en una vitrina los objetos más destacados que se han recuperado durante la excavación.
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