En 1992 se encontró en la Sima de los Huesos en Atapuerca (Burgos) un curioso cráneo. Era un Homo Heidelbergensis y como homenaje a Miguel Indurain que ese año ganó su primer Giro y su segundo Tour fue bautizado como Miguelón.
A 54 metros de profundidad, entre 5000 piezas de restos humanos de distintas especies destacaba Miguelón. Era un hombre de 35 años, de 1,70 de alturas y de unos 95 kilos. Su robusta complexión no pudo evitar su muerte después de fracturarse el lado izquierdo de la cara y sufrir una infección. Pero resulta muy curioso que viviera un tiempo después de tal daño lo que nos habla de una especie solidaria, que cuidaba de los suyos.
Cuando fue encontrado el cráneo de Miguelón estaba roto en pedazos, lo reconstruyeron y hoy se considera el cráneo fósil más completo y mejor conservado del mundo.
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