En marzo de 2010, un extraño fósil salió por primera vez a la luz pública. Encontrado dos años antes en la remota cueva siberiana de Denisova, en los montes Altai, se trataba de un fragmento del dedo meñique de una niña (o de un niño) de unos siete años de edad que habitó en esa región hace más de 50.000 años.
En el mismo lugar se encontraron también varios artefactos y herramientas y, algo más tarde, dos piezas dentales.
Como explica José Manuel Nieves en ‘ABC’, los restos eran demasiado escasos como para determinar, por su morfología, la especie humana a la que pertenecían.
Así que terminaron en Leizpig (Alemania), en manos de Svante Pääbo, director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva y uno de los mayores expertos mundiales en ADN fósil.
Pääbo, el investigador que logró secuenciar el genoma del hombre de Neandertal, consiguió extraer del hueso del dedo varias muestras de ADN mitocondrial, un material genético que no se encuentra en el núcleo de las células, sino repartido en diversos orgánulos (mitocondrias) del citoplasma celular y que sólo se transmite de madres a hijas.
Por eso bautizó el fósil como “Mujer X”.
Ahora sale a la luz un nuevo informe con la secuencia completa del genoma de los denisovanos, arrojando luz sobre las relaciones entre estos humanos arcaicos, estrechamente relacionados con los neandertales y los humanos modernos.
Los resultados son publicados en la revista ‘Science’.
La evidencia fósil de los denisovanos es escasa; la existencia de este grupo salió a la luz en 2010, cuando se halló el ADN de la pieza de un hueso de un dedo y dos molares excavados en una cueva al sur de Siberia.
Svante Pääbo, junto a su equipo de investigación, desarrolló un tratamiento que descomprimió el ADN, para que cada una de sus dos cadenas se pudiesen utilizar para generar moléculas para la secuenciación.
Este método permitió al equipo generar una minuciosa secuencia del genoma, similar en calidad a lo que los investigadores pueden obtener del genoma humano moderno.
Los expertos compararon entonces el genoma del denisovano con los de varios seres humanos modernos de todo el mundo, observando que los denisovanos comparten más genes con las poblaciones de las islas del sureste de Asia, incluyendo Melanesia y los aborígenes australianos, que con poblaciones en otras partes de Asia.
El estudio informa sobre otros hallazgos. Por ejemplo, los investigadores generaron una lista de los últimos cambios en el genoma humano, producidos después de la división de los denisovanos.
Esta lista ayudará a los científicos a comprender lo que diferencia a los seres humanos modernos de denisovanos y neandertales.
Si la investigación muestra que el tamaño de la población neandertal cambió con el tiempo de una manera similar, esto puede sugerir que una sola población que salió de África dio lugar tanto a los denisovanos como a los neandertales.
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